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julyosoriohh

Dando la vuelta- si no entiendes, hay que leer👇🏼

Actualizado: 27 oct 2020


Soy una convencida de que en la vida todo pasa por alguna razón detrás de la que siempre hay algún aprendizaje. Y es que… no hay sino que estar sintonizados con ella para recibir los mensajes que nos manda todos los días y que algunas veces, por alguna razón (porque así debía ser), no los escuchamos! En todo caso, todo transcurría normal un día cualquiera (bueno no era un día cualquiera porque sé claramente cuáles son los días que publico algo en el blog), y yo estaba pendiente de lo que acontecía a su alrededor.

Como muchos saben, los días que publico hago una historia en mi cuenta de Instagram, envío mensajes personales y a través de los grupos de WhatsApp. Ese día, decidí enviárselo a una persona a quien nunca le había enviado directamente. ¿Por qué? ¡Porque así tenía que pasar! Y para dejar ya tanto misterio les cuento, que yo algo sabía de sus vínculos con comités deportivos, pero no sabía que era miembro del Comité Ejecutivo de la Federación Colombiana de Triatlón. Además, tampoco sabía de todo su camino recorrido, pues en la búsqueda interior, pasó de ser economista y gerente de negocios, a un ser basado más en la intuición que en la razón. Claro, sigue teniendo negocios porque de algo hay que vivir, pero digamos de una forma un poco más desprendida y enfocándose más en sus pilares de vida.

Después de contarme haber leído mucho sobre religiones, filósofos, doctrinas de vida, etcétera, etcétera, se dio cuenta que todos dicen todo, y al final no dicen nada. Es ahí cuando empieza a sentir que todo está dentro de él, o mejor, que todo está dentro de cada uno, y que al final no importa uno a quien siga sino en mantener su propósito, que hay que “marcar la cancha”, en otras palabras, hay que dejar huella. Al mismo tiempo, y recordándose que nadie es perfecto, redactó sus pilares de vida a los que trata de ceñirse al menos en un 95%, permitiéndose errar como lo hacemos los humanos, en al menos un 5% de las veces. Lo que más me gustó fue como bautizó toda esta doctrina, se llama: “Dando la vuelta”.

En qué consiste todo esto?

Digamos que esto es algo muy personal, pues se trata de un descubrimiento interior que por cosas de la vida, cuando leyó mi último post en el blog, sintió un llamado en compartírmelo y en contármelo, y aunque son muy personales, cada uno los puede adaptar (y adoptar) pues de verdad son fáciles, prácticos, aplicables y además muy copiables. Sin más preámbulos, aquí van:


1. Crecimiento interior

Consiste en reconocer que siempre dentro de cada uno, hay un ser que puede cambiar la vida. Todos tenemos una dualidad. Muchas veces tenemos a la conciencia y a ese diablito (llamémoslo así por decir que es el que nos invita a veces a hacer lo contrario, obedeciendo algún impulso alejado de nuestras buenas intenciones). El éxito está en escuchar la intuición, pues ella es la que cuando tenemos duda, nos muestra el camino y nos acerca a ese 95% del camino de hacer lo que debe ser. Muchas veces, ese camino está lleno de obstáculos, uno de ellos y muy grande se llama el orgullo, que nos frena el impulso de la bondad, del dar, de entregarse, de ceder, de ir más allá. Y aunque la intuición siempre está por encima del orgullo, sino lo aplanamos, caemos en ese 5% del margen de error. El crecimiento interior nos invita a abrir nuestros corazones para aplanar el orgullo y a ser parte de la solución y no del problema.


2. Deporte y salud

Aquí se vale de todo, lo más importante es obviamente hacerlo, tener una vida en la que dediquemos tiempo, amor y espacio en pro de un estilo de vida saludable, logrando un balance entre la alimentación, deporte y bienestar. Hacer deporte significa sentirlo, respirar con él, vibrar con él, poner los cinco sentidos y perderse del planeta en esos minutos en que nos dedicamos esos espacios. Y esto debe complementarse con darnos un buen combustible, porque el cuerpo no funciona al menos que le demos lo que necesita --> buena alimentación. De ahí su fórumula para bajar de peso, una relación 80-20-1.000.000, comer 80% de lo que estaba comiendo (reducir cantidad) y hacer 20% más del ejercicio que estaba haciendo (si trotaba una hora, ahora sería 1:20) y el millón es lo que se ahorra en tiempo comiendo, dinero, comida, nutricionistas, y todas las anteriores… 😂😂😂


3. Tejido social y naturaleza

Todos sabemos que aunque nacemos solos y nos vamos solos, vinimos a vivir en sociedad, el ser humano es un ser totalmente sociable. El civismo ante todo y todo por el bien del otro, dejar de vivir de los likes en las redes sociales para darse uno mismo un like imaginario cada vez que hace algo por alguien: regalar saludos, darle paso al peatón en la calle, no engancharse con el señor del carro que pasó como loco al lado de uno, abrirle la puerta a alguien que lo necesite, cuidar la naturaleza y además sacarle provecho, salir con los amigos, compartir con la familia… Para hacerlo, hay que tener conciencia, pensar en las necesidades del otro e inclusive en las propias, percibir las energías del resultado obtenido de cada interaccón y saber poner el límite ante las que definitivamente nos dejan en negativo, sufi-sufi (suficiente) y barajar (darle manejo, no dejarse enganchar) para todo aquello que nos deja de aportar y además intente robar (que no pase del intento, eso NO se debe permitir). Hay que poner un límite, porque cuando uno no lo pone, alguien se lo pone a uno primero. Ante todo las relaciones que fluyan y mantener siempre- siempre, muuuucho contacto con la naturaleza.

4. Ser Gefe

Un término que para mí era desconocido pero muy conocido para otros, se trata de ser un gestor de felicidad, una persona que piensa en el bienestar de los demás. En el ámbito laboral, donde este término está en auge, se piensa más en ese jefe motivador que sabe sacar lo mejor de cada uno. En el día a día, se puede traducir a: divulgar, esparcir, sembrar, inspirar, gestar… ¡felicidad y bienestar en los demás! Actos tan sencillos como levantarse todos los diás con un propósito, una palaba en mente, enfocarse y practicarla desde el momento en que abrimos los ojos y tocamos el piso frío hasta que nos volvamos a dormir. Tan sencillo como hacer una lista de las virtudes (puede ser infinita o también se puede repetir) que queremos cultivar y grabarse una palabra cada mañana como con un sharpie entre ceja y ceja para que en cada acto de cada día esté representada esa palabra escogida: gratitud, honradez, generosidad, bondad, respeto, cuidado, alegría, compasión, persistencia, resiliencia, disciplina, entre tantas. Porque es que… para ser mejor sólo hay una fórmula de hacerlo y es practicando, la experiencia nos dice que no hay otra forma.

De esta manera, vamos concluyendo lo que para él pueden ser sus filosofías y pilares de vida y para nosotros un esquema sobre cómo ir creando los propios. Y es que cuando empezamos a sintonizarnos y a girar alrededor de este círculo que ojalá se vuelva el mejor de nuestros vicios, con naturalidad vamos a actuar acorde a muchas de las reglas del juego de la vida. Para nadie es un secreto que nuestros actos deben estar encaminados hacia un estado de felicidad y paz interior, que al tener viva la llama del niño interno vamos a poder ser más fieles a nuestros sueños y misión en la vida, que es ahí cuando nos habla más la intuición que la razón, que cuando nos sabemos poner en los zapatos del otro logramos más conexión que contacto, que conectar es un estado mucho más profundo que un simple contacto, que cuando aceptamos al otro es con su paquete completo que viene lleno de cualidades y de imperfecciones, que amar es aceptar y saber negociar, que cuando fluimos nos enfocamos más en la solución que en los problemas, que cuando volvemos a lo simple, al helado helado de vainilla, fresa y chocolate la vida se vuelve más sencilla y menos compleja, que la vida es ahora y no fue ayer ni lo es mañana, que además es un paseo aunque es mucho más fácil decirlo que hacerlo, que los retos nos hacen más fuertes y que no lograrlos no significa obsesionarnos, y otra vez, que muy fácil es decirlo y muy difícil es hacerlo pero ahí está el reto, a ver de aquí, ¿quién entonces se le mide? Porque al final de cuentas, ¿De qué nos sirve el conocimiento si no es para practicarlo y compartirlo?



PD. ¿Se preguntan quién es el personaje detrás de todo esto? Lo conozco desde que tengo uso de razón, sonriente, positivo, alegre, deportista, bondadoso, amigo, esposo y padre, (además su hija menor es hasta ahora la única becada en los EEUU por triatlón- (padres y deportistas, ¿¿¿si ven ahí la oportunidad???), y ahora más interesado en ser humano que otra cosa, Alejandro Diaz, más conocido como Chany! Si les gustó nos cuentan, es probable sigamos escribiendo, o mejor, el hablando y yo ambientando y reinterpretando...


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1 Kommentar


julyosoriohh
11. Juni 2020

Prueba

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